Si para los seguidores más ortodoxos de Bob Marley, Exodus o incluso Catch a Fire son las obras cumbres del jamaiquino, hay quienes piensan que Survival (1980) las supera con mucho. Cuestión de criterios, claro, de preferencias y subjetividades. El hecho es que este álbum, inicialmente intitulado Black Survival, fue el primero de una trilogía planeada por Marley y que ya no alcanzó a ver terminada.
Musicalmente cercano al pop y al rock (aunque la esencia del reggae está siempre ahí, presente y constante), Survival es un manifiesto ideológico a favor de la unidad de la raza negra y de la reivindicación del continente africano como lugar de origen y tierra prometida. En ese sentido, se trata de un disco conceptual y también de un manifiesto político y racial (“Rise yeh mighty people!”, canta Bob en “Wake Up and Live”).
Anticolonialista, independentista y favorecedor de las luchas de emancipación de las naciones del Tercer Mundo, el disco es una obra maestra de principio a fin, con una fuerza artística que supera lo meramente político y lo trasciende con gran fortuna. No existe entre los diez temas que conforman el plato, uno que destaque o que pueda considerarse como potencial “sencillo”. Todos son magníficos y mantienen una uniformidad que lejos de resultar monótona, es variada y asombrosa. A lo largo del álbum, hay un fuerte énfasis en el ritmo marcado por el bajo y las percusiones, lo que da una mayor presencia a canciones tan extraordinarias como “So Much Trouble in the World”, “Zimbabwe”, “Babylon System”, “Survival”, “Ride Natty Ride”, “Africa Unite”, “Ambush in the Night” y la singular “One Drop”.
Un trabajo fuera de serie.
(Reseña que escribí para el Especial No. 15 de La Mosca en la Pared, publicado en octubre de 2004)
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