No es que quiera enfrentar a estas dos agrupaciones mexicanas como si se tratara de un partido de futbol, de una guerra o, peor aún, de unas elecciones tan polarizadas como las mexicanas. Lo que sí pretendo sin embargo es comparar dos casos dentro de un contexto lamentable: el del rock que se hace en nuestro país y la manera dispareja, injusta y mercenaria como es difundido y apreciado.
Ni siquiera equiparo a ambos proyectos. La Barranca me parece infinitamente más importante y trascendente que Zoé desde todo punto de vista y, no obstante, este último recibe mucho más apoyo y atención que el primero por parte de la industria, de los medios y, por ende, del público.
Tampoco intentaría contrastar a los líderes de los dos proyectos: el talento creativo, la inteligencia y la propuesta artística de José Manuel Aguilera se encuentra años luz por encima de la de León Larregui.
El caso es que Zoé y La Barranca acaban de poner en circulación sus más recientes álbumes y escucharlos no hace sino corroborar todo lo dicho líneas arriba. Aztlán y Lo eterno son las caras opuestas de una moneda que suele caer siempre de un mismo lado y favorecer en todos los aspectos a la cara ganadora: publicidad, difusión masiva, conciertos en grandes foros, recursos prácticamente ilimitados.
Se dirá que eso se debe a que uno tiene más posibilidades comerciales y que la cantidad de seguidores entre un proyecto y otro es notorio. Lo masivo por encima de lo “minoritario”. Zoé es para las grandes audiencias y La Barranca es “de culto”. La popularidad manda, así se trate de una popularidad inducida y manipulada.
Cierto que cada grupo posee un sonido propio. Pero es lo único que los podría relacionar. Fuera de eso, las diferencias resultan notables. Desde un punto de vista dialéctico, significa la lucha entre la música como arte y la música como mercancía. No es algo nuevo, pero sí es lamentable.
En las dos próximas entregas de estos “Gajes”, analizaré ambos discos por separado y daré mis razones y sinrazones críticas acerca de todo esto.
(Mi columna "Gajes del orificio" de hoy en la sección ¡hey! de Milenio Diario)
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