Había planeado escribir acerca de la ridícula, delirante y falsa jugada de AMLO en Oaxaca, al anunciar que había suscrito una alianza con la sección 22 de la CNTE y la manera como el engaño fue olímpicamente desmentido por el mismísimo líder de esa sección, Rubén Núñez.
Sin embargo, en lugar de dedicar esta columna a esa u otras mezquindades de las que abundan en nuestra mexican real politik, me referiré mejor a alguien que representa todo lo contrario, es decir, la generosidad, la belleza, la alegría de lo lúdico en su máxima expresión. Me refiero al gran Johan Cruyff, fallecido este jueves 24 de marzo, a sus tempranos 68 años de edad.
Ha muerto uno de los cuatro o cinco futbolistas más grandes de la historia, pero el más revolucionario de todos. El holandés volador que como jugador nos dejó boquiabiertos en los años setenta de la centuria pasada. No pude apreciarlo en el Ajax, porque en ese entonces no se transmitían los partidos de las ligas europeas como hoy, pero sí en el Mundial de Alemania 1974, a mis 19 años, sobre todo cuando Holanda barrió a Argentina 4 a 0 y llegó a la final que dolorosamente perdió con el anfitrión germano, gracias a aquel gol del bombardero Gerd Müller.
Ya para entonces, Cruyff era jugador del Barcelona, a donde llegó en 1973, en plena era franquista, luego de negarse terminantemente a pertenecer al Real Madrid, y logró no sólo que el Barça fuese campeón ese año, sino que humillara a los blancos en su propia casa al son de 5 goles a 0. Cataluña, tan despreciada siempre por Francisco Franco, empezó a partir de entonces –y no invento– a perder el miedo, a sentirse orgullosa y a pensar en la autonomía y la independencia.
En 1978, Cruyff se negó a asistir al Mundial de Argentina, como protesta contra la dictadura militar, en otro hecho que lo enaltece.
Como entrenador del Barça, cambió para siempre la idea del balompié con su futbol total, idea que retomarían Frank Rijkaard, Josep Guardiola y Luis Enrique. Me atrevo a decir que Lionel Messi no sería lo que es si Cruyff no hubiese llegado al equipo blaugrana treinta años antes que él.
Se fue Johan Cruyff. Qué tristeza.
(Publicado hoy en mi columna "Cámara húngara" de Milenio Diario)
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