Nacida en Guadalajara y con residencia actual en Londres, nuestra entrevistada –colaboradora de La Mosca y conocida en el medio del rock por su contribución como letrista de Santa Sabina– acaba de publicar su primera novela, La sed, en la cual da rienda suelta a su pasión por el tema vampírico.
Llegaste al Distrito Federal en 1988, cuando se dio el boom del rock nacional, ¿te viniste un poco por eso o tuvo algo que ver tu amistad con Rita Guerrero?
A Rita la conocí cuando vivía ya aquí. De Guadalajara me vine porque me sentía un poco asfixiada. En esos momentos era una ciudad extremadamente conservadora y me empecé a sentir un poquito limitada. Me gustaba mucho la ciudad de México y decidí mudarme.
¿Para entonces ya te dedicabas a las cuestiones literarias?
Bueno, yo escribía desde que vivía en Guadalajara, allá publicaba en algunos periódicos y tenía un libro de poesía publicado (Sombra abierta). Hacía crítica de rock, literaria, entrevistas, periodismo cultural. Ya en el DF trabajé en varias cosas: como manager de Santa Sabina, en una disquera que se llamaba discos Caracol; pero bueno, básicamente he estado escribiendo todo el tiempo.
A la orilla del sol
¿Cómo fue que empezaste a escribir letras de canciones?
Eso se le ocurrió a Rita una vez, con el primer disco. Me propuso que hiciera una letra. Yo nunca había hecho letras para nadie, me dio la melodía y salió "A la orilla del sol". Me gustó mucho el proceso de cómo tu letra se convierte en otra cosa, al ser ya una canción con música. Así empecé a trabajar con el grupo, en cada disco hay alguna colaboración mía.
¿Cuántas letras has escrito?
Para Símbolos escribí "Una canción para Luis", "Despertar a los muertos", "Alas negras". En Babel escribí casi todas, son doce e hice nueve. Para el más reciente escribí "Duerme amor" y "Agua fiera".
Un tema muy recurrente en ti es el vampirismo, ¿cómo fue que te surgió ese interés?
Desde niña leía cuentos de terror, de fantasmas. Entonces empecé a escribir. Lo primero fue un poema, hace muchos años, sobre un vampiro. Luego salió la canción, luego un guión de cine que nunca se filmó. Hay también un cuentito que tiene algo que ver, pero no muy directamente, y otro que salió en La Mosca. Por último está mi novela La sed, la cual empecé hace siete años y acaba de aparecer en Colibrí.
¿De qué trata La sed?
Es la historia de tres personajes, dos de ellos vampiros. Los tres van unidos en un viaje por muchas partes del mundo, pero sobre todo es un viaje hacia adentro, donde enfrentan la muerte, la eternidad, la soledad, el amor, la posesión, la culpa.
¿En qué género la clasificas?
Eso es muy difícil de decir para mí, porque, claro, los protagonistas son vampiros y por tanto se puede insertar en el género de terror; pero cuando una escribe, no está pensando de qué género va a escribir. Para mí, los personajes vampiros están vivos, sienten y sufren y no te puedes limitar a decir que esto va a ser novela de género. Lo que pasa es que leo tanta literatura romántica, que es donde inicia todo el movimiento de la literatura gótica, que evidentemente tiene algunos de estos elementos.
Los críticos vampiros
Dados los prejuicios que hay entre los críticos y que el tema es de vampiros, muchos de ellos van a considerar que tu novela no es "buena literatura", ¿te preocupa esto?
Mira, yo creo que me voy a enfrentar a ese obstáculo, que los críticos y los escritores "serios" la van a despreciar de entrada, aun sin haberla leído. Yo creo que esto se compensa porque también muchísima gente que solamente la lea atraída por el tema de los vampiros quizás encuentre algo más y va a ser un público distinto, muchos jóvenes, y eso es padre. Claro, tampoco juzgo a los críticos. Se ha escrito tanta tanta porquería que por algo desconfían. Pero yo espero que la novela pueda abrirse camino como algo hecho con honestidad, no para vender; estoy contando una historia y bueno, lo hice con mucha seriedad, mucho compromiso, mucho trabajo y espero que se pueda leer así.
Háblame de tu siguiente novela.
Bueno, es también de tema vampírico. La terminé en 1997, se llama El Amor y fue segunda finalista de La Sonrisa Vertical. Hasta ahora sigue inédita. Ahorita estoy escribiendo otra novela. Creo que me va a llevar mucho tiempo, porque hay mucha investigación, mucho estudio, es una cosa muy complicada. Con El Amor finalizó mi tema sobre vampiros y esta nueva es una novela sobre el dolor humano, una novela de alquimistas. Tomé los personajes de la poesía de Blake, es un proyecto muy complicado pero estoy emocionada con eso.
¿Estar en Londres te hace escribir diferente a como escribes estando en México?
Más que escribir diferente, gran parte de mi literatura favorita es inglesa y como crecí soñando con ese país e idealizándolo tanto, creo que me fui a encontrar el lugar ideal para mi escritura. Me identifico con esa atmósfera. Puedo ir a las bibliotecas y encontrar cosas maravillosas, meterme a los museos a ver lo que tiene que ver con mis obsesiones intelectuales y espirituales. Entonces, creo que más que ser diferente, mi escritura ha encontrado el ambiente propicio para desarrollarse con más fluidez. Londres supera mis expectativas, es una ciudad maravillosa.
México, S.A.
¿Cuál es la perspectiva que tienes de México desde allá, cómo vez al país?
Mal. Me duele México. No dejo de pensar, de preocuparme por lo que sucede aquí. Me da mucha tristeza. La economía está muy mal. Por supuesto, el apoyo a la cultura está peor que nunca. Me parece perfecto que el PRI ya no esté en el gobierno, pero no me agrada el gobierno de Fox; aunque tampoco creo que hubiera muchas opciones y eso es muy triste, porque tampoco creo que el PRD esté muy bien en el Distrito Federal. No hay opciones y eso es desesperante. ¿Cómo va a salir adelante este país, cargando con toda la corrupción, la violencia y la pobreza? Fox cree que esto es una empresa y aun si tiene buena voluntad –que eso nunca lo puedes saber y no creo que los presidentes la tengan mucho–, ésa no es la manera de sacar adelante a un país.
¿De la escena musical mexicana que has escuchado últimamente?
Ahí sí estoy un poco desconectada. Los de Titán estuvieron en Inglaterra, les fue muy bien; pero si no me equivoco, es lo único que ha llegado en los años que he estado allá.
(Entrevista que le hice a Adriana Díaz Enciso en 2001 y que se público en La Mosca en la Pared)
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