Pocos lo saben, pero Neil Young es muy aficionado al modelismo
ferroviario y los trenes eléctricos. Es una pasión que en la década de los noventa lo llevó a comprar
una parte de la marca de juguetes Lionel Trains y a
inventar varios dispositivos de control remoto para los trenes de juguete.
Entre sus inventos más notables destaca un dispositivo que
desarrolló para que su hijo Ben, discapacitado por una parálisis
cerebral, pudiera controlar los trenes que circulan por la enorme maqueta
que ambos diseñaron y construyeron en el granero de su casa. En ese lugar, padre
e hijo pasan las horas muertas ampliando el recorrido de los trenes
con nuevos paisajes o acomodando las vitrinas con las piezas más valiosas de su gran colección de
locomotoras.
Aparte de estrechar los lazos entre ambos, esta actividad sirve al cantante a manera de terapia. Así lo explica en
su autobiografía Waging Heavy Peace: A Hippie Dream: "Recuerdo que un
día, David Crosby y Graham Nash me visitaron en el granero durante la
grabación del álbum American Dream y cuando David vio mis
trenes, miró a Graham como diciendo: ‘Este tipo está como una loco como una
cabra. ¡Qué obsesionado!’. Yo sólo me encogí de
hombros. Lo necesito, me mantiene cuerdo. Para mí es un camino de
vuelta”.
El gran Neil Young.
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