sábado, 18 de agosto de 2018

Por la libertad de expresión

Lo dijo el presidente electo Andrés Manuel López Obrador, el pasado 8 de agosto, durante el primer Foro por la Paz, en Ciudad Juárez, Chihuahua:
  “Ya pasó la campaña, ya no estamos actuando como militantes o dirigentes del partido; el partido, como su nombre lo indica, es una parte y tenemos que actuar como gobierno democrático y eso significa atender, escuchar y respetar a todos” (el subrayado es mío).
  Un mes y una semana antes, la noche del 1 de julio, el propio López Obrador había declarado, en su primer mensaje a la Nación luego de ganar las elecciones:
  “Llamo a todos los mexicanos a la reconciliación y a poner por encima de los intereses personales, por legítimos que sean, el interés general... El nuevo proyecto de nación buscará establecer una auténtica democracia. No apostamos a construir una dictadura abierta ni encubierta... Los cambios serán profundos, pero se darán con apego al orden legal establecido... Habrá libertad empresarial; libertad de expresión, de asociación y de creencias; se garantizarán todas las libertades individuales y sociales, así como los derechos ciudadanos y políticos consagrados en nuestra Constitución”.
  Si uno entiende bien esas palabras y cree en su sinceridad, entonces da por descontado que en el sexenio que iniciará el próximo 1 de diciembre habrá la misma libertad de expresión que existe ahora y que esa libertad la tendrán también quienes critiquen, cuestionen o ejerzan una oposición democrática ante algunas decisiones de gobierno. Que no habrá censura alguna. Es lo que ha prometido el presidente electo y yo me ciño a sus palabras.
  Ojalá muchos de sus seguidores piensen lo mismo y dejen de usar las redes sociales como medio para continuar insultando, presionando y descalificando a quienes no piensan como ellos, tal como sigue aconteciendo cotidianamente.
  La libertad de expresión es una conquista ciudadana a la que no podemos renunciar y la mejor manera de defenderla es al ejercerla. El nuevo gobierno se ha comprometido a no atacarla. Que así sea.

(Mi columna "Cámara húngara" de hoy en Milenio Diario)

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