No recuerdo como se llamó en México cuando fue exhibida en su momento (¿Corazón infernal o algo así?), pero ahora que volví a ver Angel Heart, le película que el gran Alan Parker dirigió en 1987, volví a quedarme atónito ante ella. Qué gran cinta. Misteriosa, sensual (cachondísima, de hecho), provocadora, con un sentido del humor tan fino como negrísimo, una fotografía inquietante, actuaciones fenomenales y una realización impecable.
Cine negro y a la vez cine de horror, el filme cuenta la historia del detective neoyorquino Harry Angel (Mickey Rourke), quien es contratado por un extraño personaje de nombre Louis Cypher (Robert De Niro) para encontrar a un tipo que tiene una deuda con él, por lo cual debe trasladarse a la región de Nueva Orleans y la Louisiana para verse envuelto en una pesadilla llena de asesinatos, sangre, sexo, superstición, demonios y vudú.
Las vueltas de tuerca son todo el tiempo sorprendentes, ya que lo que en cierto momento creemos que es, resulta que no y toda cambia a cada instante y nos envuelve en un círculo fascinante del que no podemos escapar hasta el final de la película.
Si las actuaciones de Rourke y De Niro son fantásticas (todo un duelo de actuación), la de la entonces debutante Lisa Bonet resulta extraordinaria. Su Epiphany Proudfoot (vaya nombre), una joven de diecisiete años con una carga de sensualidad y sexualidad tremendamente fuerte, se impone desde que aparece, a la mitad del filme. También hay que destacar las presencias de la enorme Charlotte Rampling y del bluesero Brownie McGee, en los papeles de la peculiar bruja blanca Margaret Krusemark y del pianista Toots Sweet.
Angel Heart es una de mis tres obras favoritas de Alan Parker (junto con Mississippi Burning y la entrañable The Commitments). Si no la han visto (si no las han visto) no se la(s) pierdan.
2 comentarios:
Casi le atinaste: Corazón Satánico.
Casi le atinaste, Hugo: Corazón Satánico.
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