Si usted es seguidor o al menos ha visto alguna vez esa extraordinaria serie del canal iSat que es Shameless US (versión yanqui de la original Shameless británica), sin duda sabrá a quién me refiero cuando menciono el nombre de Fiona. Exacto: a la preciosa hija mayor de la familia Gallagher, instalada en una casa de los barrios bajos del sur de Chicago, quien se hace cargo de sostener en incierto equilibrio a sus cinco peculiarísimos hermanos y torear las locuras de su delirante padre.
Fiona Gallagher es magníficamente interpretada por la joven actriz Emmy Rossum, quien además de su belleza y sus cualidades histriónicas, posee el don de cantar y no como cualquier chica popera de esas que abundan. Todo lo contrario: Rossum estudió ópera y ha participado en diversas obras musicales (incluso aparece en la versión de El fantasma de la ópera dirigida por Joel Schumacher en 2004).
La carismática actriz ha grabado dos discos, el más reciente de los cuales (Sentimental Journey, 2013) es una deliciosa selección de standards del American Songbook que abarca canciones de los años veinte a los años sesenta del siglo pasado.
Hay aquí temas inmortales e inolvidables, en su mayoría tan conocidos como “These Foolish Things (Remind Me of You)”, “I’m Looking Over a Four Leaf Clover”, “Autumn Leaves”, “Things”, el propio “Sentimental Journey” y hasta ese enorme blues que es “Nobody Knows You When You’re Down and Out”.
Los arreglos, debidos al pianista y multiinstrumentista Giulio Carmassi, dotan al disco de un ambiente jazzístico irresistible (escúchense tan sólo esas maravillas que son “Many Tears Ago” o “I’ll Be With You in Apple Blossom Time”) y hacen que la voz soprano de la cantante, a pesar de sus orígenes operísticos, se mantenga en tonos más mundanos, más de music hall o de cabaret, y se escuche tan sensual como llena de gracia.
Creo que si el sinvergüenza de Frank Gallagher descubriera las dotes vocales de su hija Fiona, la familia saldría muy pronto de la pobreza en la cual se debate.
Un álbum delicioso.
(Publicado hoy en mi columna "Gajes del orificio" de la sección ¡Hey! de Milenio Diario).
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