El Personal y su formación original. |
Se trata de un disco magnífico, con música deliciosa y esas letras llenas de ingenio, inteligencia y picardía que sólo alguien como su líder y cantante, Julio Haro, era capaz de escribir. Por desgracia, Haro falleció en enero de 1992 y el quinteto original (conformado asimismo por Alfredo Sánchez, Andrés Haro, Óscar Ortiz y el también finado Pedro Fernández) únicamente pudo grabar ese trabajo legendario.
Sin embargo, existen otros tres discos de El Personal posteriores a 1989. La cuestión es que se trata de un Personal en el que solamente persiste uno de sus integrantes fundadores: el buen Andrés Haro, quien por cierto no guarda parentesco alguno con Julio. Me refiero a Melodías inmortales (1995), La última y nos vamos (1998) y el muy reciente Sabe qué modo (2012).
He escuchado este último y puedo decir que se trata de un buen disco, que las canciones son agradables y simpáticas, que hay detalles chispeantes y no obstante…
Me queda claro que sin el singular talento y el genio creativo de Julio Haro, no hay manera de que El Personal de hoy pueda igualar al de finales de los años ochenta. No es cuestión de nostalgia, no son ganas de aferrarse al pasado, es que los verdaderos artistas son únicos e irrepetibles.
Con todo el respeto que me merecen los actuales integrantes de El Personal, excelentes músicos todos ellos, Sabe qué modo es un trabajo interesante, pero hasta ahí. Tal vez si no existiera el antecedente del No me hallo podría resaltar más. Sin embargo, el peso del primer álbum de El Personal es demasiado fuerte y me parece insuperable. Eso pienso.
(Con la colaboración de hoy, estos “Gajes del orificio” llegan a su primer año de vida. Mi agradecimiento a todos quienes elaboran la sección ¡Hey! de Milenio Diario y a mi querida Susana Moscatel que la edita. Vamos por más).
1 comentario:
Sí, estoy de acuerdo, yo también pienso que el primer trabajo de El Personal es muy original, es un compendio de canciones con letras que van desde la crítica a los esquemas morales tradicionales que vivimos en nuestra infancia: "Niño déjese ahí", pasando por letras con una fuerte carga de doble sentido como "Dale de comer al Conejito" y la reflexión ecológica que encierra "Nosotros somos los Marranos". Excelente entrada.
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