miércoles, 21 de agosto de 2013

Hemlock Grove

Terminé de ver esta serie de terror exclusiva de Netflix y el balance fue bueno, aunque no extraordinario. No tiene la calidad de Orange Is the New Black o de House of Cards (que no he terminado), las otras dos series de ese sitio de internet, pero sí está muy bien hecha y la trama es capaz de absorber y mantener la tensión y el interés a lo largo de los trece capítulos de que consta esta primera temporada.
  Basada en una novela de Brian McGreeve y producida por Eli Roth, Hemlock Grove narra la historia de un grupo de estudiantes preparatorianos y sus familias, todos ellos habitantes de la pequeña ciudad de Pennsylvania que lleva el nombre del programa. Una serie de horribles asesinatos tiene lugar en la región, todos ellos contra jovencitas bonitas, y por la violencia de los hechos se piensa primero que se trata de un animal salvaje. Pero la sospecha contra una familia de gitanos recién llegada al poblado hace que se corra el rumor de que uno de ellos, el joven estudiante Peter Rumancek, es un hombre lobo (y en realidad lo es) y las suspicacias recaen sobre él. Hay otra familia a la cual se mira con recelo, los Godfried, multimillonarios y extraños personajes que son dueños de buena parte de Hemlock Grove. Todo se va enredando, a veces de manera un tanto confusa y complicada (está también la presencia de una secta de origen católico). El capítulo final devela varios misterios pero deja otros abiertos (de ahí que ya se anuncie una segunda temporada, al aparecer de sólo diez capítulos).
  Sexo abierto, sangre, sensualidad, horror, violencia, manifestaciones sobrenaturales, fanatismo. religión, de pronto algunos brotes de humor negro, son algunos de los ingredientes de esta emisión que cuanta con buena producción, buen guión, buen casting, buenas actuaciones y buena dirección, lo que hace de Hemlock Grove una serie bastante recomendable. No es una maravilla, pero se disfruta a final de cuentas.
  Vale la pena echarle un ojo.

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