domingo, 4 de agosto de 2013

Orange Is the New Black

Qué gran serie. Netflix se está convirtiendo a pasos agigantados en una productora a la altura de HBO (ahí está el ejemplo de House of Cards y ya comenzó con su serie de terror Hemlock Grove). Para Orange Is the New Black, contó con la colaboración de mi casa favorita de contenidos televisivos: Showtime.
  Son trece capítulos sin desperdicio y uno puede verlos al ritmo que se le antoje (yo vi un promedio de uno por día, pero mi querida amiga Surya, por ejemplo, me cuenta que ella "se la echó" en tres días. Así de adictiva es esta historia que narra las peripecias carcelarias de Piper Chapman (Taylor Schiling), una reclusa que prácticamente se entrega a las autoridades para cumplir una condena de año y medio por tratar de meter a su país dinero del narco en una maleta. Comprometida con un hombre bien intencionado y que la ama, pero de una torpeza emocional de pronto exasperante (lo interpreta Jason Biggs), Piper es una bisexual que trata de comportarse como novia hetero, pero en la prisión las cosas cambian, al toparse con su antigua cómplice y amante, Alex (Laura Prepon, la mísmísima Donna de That 70's Show). No contaré más de la trama porque es mejor que vean la serie y la gocen como lo hice yo.
  Lo que sí hay que resaltar es lo magnífico de la dirección, los guiones, el ritmo narrativo y el extraordinario diseño de personajes (reclusas, guardias, directivos, familiares de las internas), cada uno de ellos, incluso los más secundarios, dotado de una personalidad propia y un pasado concreto que en varios casos conocemos por medio de un magnífico y sabio uso del flashback.
  Entrañable, emocionante divertida, irónica, dramática (sus creadores son los mismos de la enorme Weeds), Orange Is the New Black (la referencia es a los uniformes anaranjados de las reclusas de nuevo ingreso y al trato que de niggers que se les da hasta que reciben el traje de las presas "de planta") es una verdadera joya.
  Una serie imperdible, pues, y absolutamente recomendable que sólo puede verse en Netflix. Si no quieren pagar por verla, les recomiendo suscribirse gratuitamente por un mes y así la podrán gozar (y de paso aprovechan para ver también House of Cards, Hemlock Grove y algunas buenas películas del aún limitado pero cada vez mejor catálogo de este sitio de internet).

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