miércoles, 2 de octubre de 2013

El riff y cómo lograrlo

Al escuchar el fabuloso riff que recorre, a lo largo de cuatro minutos y medio, ese tema francamente irresistible que es “Do I Wanna Know?”, con el que abre el flamante álbum AM de los Arctic Monkeys (cuya reseña publiqué hace ocho días en esta misma columna), no puedo menos que pensar en lo importante que resulta que Alex Turner y compañía rescaten ese elemento musical básico en la historia del rock.
  Podríamos definir al riff como una figura instrumental esencial (aunque no exclusivamente) construida por medio de la guitarra que se repite desde el inicio y a lo largo de una canción y que le da fuerza e identidad. Por si la definición no es muy clara, vayamos a algunos ejemplos de grandes riffs. Entre los más celebres están, a golpe de memoria, los de “(I Can’t Get no) Satisfaction” de los Rolling Stones, “Johnny Be Good” de Chuck Berry, “Paranoid” de Black Sabbath, “Purple Haze” de Jimi Hendrix o “You Really Got Me” de los Kinks. También podemos mencionar riffs como el de “Black Dog” de Led Zeppelin, “All Right Now” de Free, “Back in Black” de AC/DC, “Sunshine of Your Love” de Cream, “Layla” de Derek and the Dominos, “Young Man Blues” de The Who, “Enter Sandman” de Metallica”, “Smoke on the Water” de Deep Purple, “Sweet Child O’Mine de Guns n’ Roses, “Smells Like Teen Spirit” de Nirvana, “Walk This Way” de Aerosmith y hasta “Birthday” de los Beatles (aparte de muchos más que usted, estimado lector, tendrá en su gusto y en su memoria).
  Con el advenimiento de los sintetizadores y las cajas de ritmos, poco a poco se fue perdiendo la idea de crear riffs y en especial a lo largo del nuevo siglo es algo que en general se ha diluido y que muchos identifican incluso como algo anticuado y anclado en el pasado. Es posible que en la historia del rock nacional haya algunos riffs por ahí perdidos, pero dudo que exista uno que se haya convertido en un clásico.
  Es importante que Arctic Monkeys mantenga esa rica tradición y sea capaz de crear riffs memorables. Hay buenas costumbres, aun en el rock, que no deben perderse.

(Mi columna "Gajes del orificio" de esta semana, publicada el día de ayer en la sección ¡hey! de Milenio Diario).

No hay comentarios.: