Descubrí a
La Mosca en la universidad, cortesía del entonces futuro periodista Roberto Casillas Valadés; todo por un artículo sobre Tori Amos que me hizo comprar el soberbio
Under the Pink, volviéndome loco. Ídem con el
Debut de Björk. Disfruté leer el desenfado, sano sarcasmo y, sobre todo, que realmente saben de qué hablan, no como otras revistas ya extintas. Hoy es un placer incorporarse al engranaje de esta publicación que extrapoló mi panorama musical, mismo que ya nunca volvió a ser tan new wave.
Miguel Cane
(Publicado originalmente en La Mosca No. 82, febrero de 2004, número del décimo aniversario moscoso).
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