Casi siempre, lo malo de leer una gran novela y después ver una película basada en ella es que la cinta termina por resultarnos cuando menos no tan brillante, incluso si se trata de una obra filmada por los hermanos Coen.
No Country for Old Men (2007) es una película estupenda. Fuerte, dura, violenta, llena de ese humor negro que caracteriza a los Coen. Sin embargo, no iguala ni por asomo la intensidad y la profundidad del libro de Corman McCarthy en que está basada. A pesar del perfectamente elegido elenco (Javier Bardem como el asesino Antón Chigurh es una maravilla, al igual que Tommy Lee Jones como el shérif Ed Tom Bell, Woody Harrelson como Carson Wells, Josh Brolin como Llewelyn Moss o Kelly Macdonald como la infortunada Carla Jean), el excelente guión, la gran fotografía, los espectaculares escenarios del desierto de Texas y la narrativa de Joel y Ethan Coen, al final como que algo me faltó. Tal vez sea por algunas escenas que en la novela son de una impresionante intensidad dramática y que, por cuestiones de tiempo, en el filme debieron ser resueltas en un minuto. No lo sé exactamente.
Con todo, la cinta es una obra mayor en la filmografía de los Coen (tan llena de obras mayores) y por supuesto que vale la pena verla y gozarla (hay escenas de antología, como la del diálogo entre Chigurh y el dueño de una tienda en medio de la nada, cuando una moneda lanzada al aire decide, entre la vida y la muerte, el destino del segundo).
Pero me gustó más aún la novela.
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