Hay quienes dicen que Cuando era buena es la Madame Bovary de Roth y el comentario no me parece del todo errado, porque al igual que sucede en la obra maestra de Gustave Flaubert, aquí Roth retrata a profundidad la personalidad de una mujer difícil, conflictiva, egoísta, ambiciosa, pero al mismo tiempo independiente y en constante lucha por la felicidad. Una felicidad que ella misma no sabe dónde está ni en qué consiste con precisión, pero cuya ausencia la frustra y la hace odiar a la mayor parte de las personas que la rodean, es especial a su inútil y maltratador padre y al hombre con quien obligadamente se casa, debido a un embarazo involuntario.
Se dice que Roth se basó en su primera esposa, Margaret Matinson, con quien vivió un matrimonio altamente tormentoso, tal como narra en su autobiografía, Los hechos (donde aparece con el nombre de Josie), para conformar la personalidad de Lucy, quien con el paso del tiempo se transforma en una mujer neurótica, casi histérica, tan intolerante como intolerable, además de paranoica, pues llega a pensar que todos los que la rodean, hasta los familiares en quienes más confiaba, se vuelven en su contra.
Ácida y sólo en momentos agridulce, When She Was Good (su título original en inglés) es un relato de largo aliento que nos lleva a conocer la historia familiar de la propia Lucy Nelson, desde que su abuelo, Willard Carroll, decide salir del pequeño y aislado pueblo boscoso donde nació y liberarse de un padre autoritario, lerdo e ignorante. Una grandiosa novela de Philip Roth, a pesar de una temática que ya no volvería a tratar en sus libros futuros.
Quizá lo escribió, sí, motivado por el rencor que llegó a cultivar por su ex mujer.
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