viernes, 3 de noviembre de 2017
Para dártelas de entendido en rock (34)
Cuando James Brown empezaba a cantar, tuvo la suerte de conocer a Little Richard y no sólo simpatizaron, sino que se admiraron mutuamente y llegaron a tener al mismo manager.
En cierta ocasión, a principios de los cincuenta, Richard quiso tomar un par de semanas de descanso, pero como tenía varios compromisos por delante que no podía cancelar, pidió a Brown que se hiciera pasar por él y lo sustituyera. Como Ricardito nunca había salido en televisión, muy pocos sabían cómo era físicamente. James Brown aceptó y, como tocaba muy bien el piano, durante quince días pudo suplantar a la perfección a su amigo e ídolo, incluidos sus característicos gritos, los cuales imitaba con exactitud y adoptaría dentro de su propio estilo en el futuro.
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