Lo que los medios actuales denominan como música soul, muy poco tiene que ver con el soul original, algo semejante a lo que sucede con el llamado rhythm and blues, tan ajeno en todos sentidos al r&b primigenio.
Afectada por la sobreproducción, la artificialidad y el comercialismo, la música negra se aleja cada vez más de sus raíces y salvo el blues (que se mantiene semioculto en una tradición que lo protege) y el hip-hop (que representa tal vez la expresión más legítima de la negritud actual), sus otras vertientes han caído en manos de un mainstream que la desvirtúa y la distorsiona.
Es por ello que debemos celebrar la esporádica aparición de trabajos que mantienen el espíritu real del soul y del r&b y reivindicarlos como lo que son: muestras artísticas de autenticidad y honestidad.
Dos nuevos discos que acaban de aparecer cumplen a carta cabal con esto, ambos debidos al talento de un par de cantantes soul de primera clase: Mavis Staples y Sharon Jones.
Mavis
A mediados de los años sesenta, surgió un cuarteto vocal llamado The Staple Singers que interpretaba gospel y música soul y estaba conformado por el reverendo Roebuck “Pops” Staples y sus tres hijas: Cleotha, Yvonne y Mavis. Medio siglo después, Mavis, a sus 78 años de edad, es la única que continúa con vida y además en activo. If All I Was Was Black (Anti, 2017) es su décimo tercer trabajo discográfico como solista y al igual que sus dos álbumes antecesores (You Are Not Alone de 2010 y One True Vine de 2013) está producido por Jeff Tweedy, líder del legendario grupo Wilco y compositor de la mayor parte de las canciones de estos tres discos.
En el caso de If All I Was Was Black, se trata de un plato que si bien no toca de manera directa temas políticos y sociales, si refleja el momento que se vive en los Estados Unidos bajo la presidencia del estridente y delirante Donald Trump.
Son tiempos problemáticos y Mavis, quien supo desde niña lo que es padecer el racismo y tuvo una cercana amistad con el reverendo Martin Luther King, transmite con su voz la angustia, la tristeza y la profunda emoción que le viene de sus inicios en el gospel, el blues y el soul original. La mancuerna con Tweedy funciona a la perfección, ya que éste –como compositor y productor– entiende a la perfección lo que Staples quiere comunicar con su voz y las diez composiciones que conforman el álbum transmiten esa honda alma que vive en la intérprete, a mi modo de ver una de las dos mejores cantantes de soul que aún perviven, junto con Aretha Franklin.
Sharon
El caso de Sharon Jones resulta un tanto diferente. Nacida en Georgia (en Augusta, la misma población donde vino al mundo el gran James Brown), cuando Mavis Staples ya tenía 17 años de edad, Jones no logró destacar como cantante hasta 1996, al cumplir cuatro décadas de vida. Aun así, en escasos veinte años de carrera formal (en los ochenta habían sido corista de diversos cantantes de funk, disco y soul, pero sin trascendencia alguna), consiguió un reconocimiento generalizado al frente de sus Dap-Kings, gracias a su enorme voz y a su rotunda presencia escénica.
Su primer y excelente disco, Dap Dippin’ with Sharon Jones & the Dap-Kings (Daptone Records), apareció apenas en 2002. Críticos, medios y público en general se preguntaban de dónde había surgido semejante cantante. Pocos podía creer que para entonces tuviera ya 45 años de edad. Vendrían entonces varios álbumes en cascada, todos ellos con el sello Daptone: Naturally (2005), 100 Days, 100 Nights (2007), I Learned the Hard Way (2010), el muy exitoso Give the People What They Want (2014) y el festivo It’s a Holiday Soul Party (2015).
En 2013, los médicos de Sharon le habían diagnosticado cáncer y aún así ella siguió cantando al frente de su agrupación, incluso con la cabeza rapada, debido a la quimioterapia. Era su manera de aferrarse a la vida, pero su lucha llegó a su fin en noviembre de 2016, hace justo un año.
Poco antes de su muerte, había aparecido Miss Sharon Jones!, un disco con la música del documental que con el mismo nombre había filmado en 2015 la veterana realizadora estadounidense Barbara Kopple (el filme puede verse en Netflix).
Este 17 de noviembre, salió a la venta el álbum póstumo Soul of a Woman (Daptone, 2017), una muestra soberbia de la mejor música soul. El disco fue grabado cuando Jones ya estaba muy enferma. Sin embargo, al escuchar su voz, esta resuena limpia y potente, apasionada y fuerte, sin rastro alguno de desgaste por la mala salud de la intérprete.
Sharon no intentó hacer del disco un testimonio de su mal y del poco tiempo que le quedaba de vida. Por el contrario, quiso celebrar a esta con lo que mejor sabía hacer: cantar con el alma. Con el alma de una mujer.
(Artículo que escribí originalmente para el sitio Sugar & Spice y fue publicado el día de hoy)
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