Enrique Guzmán celebró hace unas semanas sus sesenta años de carrera, con un magno (aunque un tanto breve) concierto en un Auditorio Nacional lleno hasta los topes.
No cabe duda que es un personaje que forma parte de la educación sentimental de varias generaciones de mexicanos y de hispanoparlantes de otras latitudes (personajes como Miguel Ríos, Joaquín Sabina o Charly García lo reconocen como una de sus primeras influencias musicales).
En lo personal, debo contar que lo conozco desde que tenía yo cinco o seis años de edad y mi hermano mayor ponía los discos de los Teen Tops en casa. De hecho, mi primer contacto con el rock fue el álbum debut del quinteto, con canciones como“El rock de la cárcel”, “Confidente de secundaria”, “Quiero ser libre” o “Buen rock esta noche”, entre otras.
Durante los años siguientes, escuché mucho los inicios de Guzmán como solista, ya que mi hermano Sergio también se hizo de varios de aquellos discos orquestados por Chuck Anderson. Me sé de memoria desde “Gotas de lluvia” hasta “Payasito”, pasando por “Cien kilos de barro”, “Tu cabeza en mi hombro” y un largo etcétera. Todas aprendidas desde niño.
De aquel repertorio, destaca una canción de la que quizá muy pocos se acuerdan y que constituye todo un misterio para mí. Me refiero a “Mangos”, cuyo autor original desconozco y cuya letra en español puedo asegurar que se debe al propio Enrique Guzmán. “Mangos, papayas, melones y bayas / mi bien, te daré si me das el sí / ... / y si me quieres tú a mí, como te quiero yo a ti / ¿por qué no habríamos de tener, todos los mangos y papayas y cajetas de Celaya?”.
Surrealismo puro. Una letra deliciosamente absurda que sólo podría ocurrírsele a quien rebautizó “Good Golly Miss Molly” como “La plaga”. Quizá sin saberlo, el cantante escribió un tema dadaísta que debería ser rescatado y revalorado. Lo digo sin ironía alguna.
60 años de carrera se dice fácil pero significa un enorme mérito. Mi felicitación y mi admiración sincera a este pionero del rock en español..., con todo y sus mangos.
(Publicado hoy en mi columna "Gajes del orificio" de la sección ¡hey! de Milenio Diario)
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