Vinieron mis talentosos carpinteros para colocar en la sala el librero que tenía en el depto y que habían desarmado hace unos días (y que junto con su papá, don Ángel Quiroz, ya retirado, me habían hecho en el año 2000). Quedó prácticamente igual y le da a la sala de mi mamá un aspecto totalmente distinto (y a mi modo de ver más cálido y bonito) del que tenía. Nada mal para ser mi segundo día aquí.
Nota al calce: Hoy mi mejor amiga cumplió sus primeros 40 años. Pensar que la conocí cuando ella tenía 21.
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