Si Ziggy Styardust es un álbum conceptual, Outside (1995) lo es aún más. Casi diríamos que es un trabajo híper conceptual y muy (quizá demasiado) pretensioso.
Se trata de una nueva colaboración con Brian Eno, luego de la trilogía Low-Heroes-Lodger de casi veinte años atrás. Como en aquellos días, las experimentaciones atmosféricas y disonantes están presentes, pero esta vez enriquecidas con elementos de la música imperante en 1995: el industrial y el grunge principalmente.
El disco crea un personaje (Nathan Adler) y es como una novela negra de anticipación en la cual predominan los temas del crimen y el arte (¿el asesinato como una de las bellas artes?) y las cuestiones del ciberespacio.
En su estridente ambición, el álbum falla por su exagerada complejidad. Confuso, irregular, con menos momentos brillantes que grises, Outside vale más por lo que representa como intento por recuperar el impulso artístico que como obra en sí. Para fortuna de Bowie, vendrían cosas mejores.
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