El descenso artístico de David Bowie durante los ochenta siguió su curso con Tonight (1984), una obra que no hace sino tratar de replicar el éxito de Let’s Dance, mediante la repetición casi mecánica de la misma fórmula de hacer musiquita fácil y bailable.
Parecía que el antiguo autor de maravillas tan creativas como Hunky Dory y Aladdin Sane olvidaba su pasado y sólo quería triunfar en las discotecas y vender lo más posible. Si ese era su objetivo lo logró con creces, ya que el álbum obtuvo ventas enormes alrededor del mundo y temas como “Blue Jeans” (of all names) o “Loving the Alien” sonaron hasta el hartazgo en los antros de baile de las grandes ciudades. Muchos reflectores, mucha parafernalia, muchas luces estroboscópicas, pero un mismo resultado insustancial. Tonight fue Disco de platino, pero no ha resistido la prueba del tiempo.
(Reseña que escribí originalmente para el Especial de La Mosca en la Pared No. 10, dedicado a David Bowie y publicado en abril de 2004)
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