domingo, 15 de mayo de 2016

Ella y el final de mi novela

Hoy por la tarde viví uno de esos momentos altamente conmovedores y felices que raras veces se dan. Ella vino a leer conmigo, en voz alta, los dos últimos capítulos de mi novela y fue, como cuando leímos capítulos anteriores, algo muy bello y divertido. Pero cuando llegamos al final-final de mi escrito y cuando ella leyó las últimas líneas (nadie las había leído aún y yo no estaba seguro del todo de haberlo terminado bien), en su preciosa voz sonó todo tan lleno de entrañable emoción que me produjo un inesperado nudo en la garganta y algunas lágrimas asomaron a mis ojos. Fue algo tan extraño como maravilloso. Su abrazo al verme así es algo que le agradeceré toda mi vida. Estoy seguro de que el espíritu de mi abuelo y tal vez también el de mi padre estaban ahí como conmovidos y sonrientes testigos. Sí, otra vez apareció la magia. Pocas personas son capaces de producirla. Como ella.

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