Jazz (1978) es a mi modo de ver un disco injustamente menospreciado. ¿Que es una obra irregular? Lo es, sí, pero son más sus virtudes que sus falencias. Cierto que iniciar el álbum con una pieza tan poco afortunada como la muy naïve “Mustapha” no fue la mejor elección. Sin embargo, hay a lo largo del plato una buena cantidad de buenos temas, empezando por el fenomenal “Fat Bottomed Girls” y su rocanrolerísima esencia y terminando con el estrambótico y misterioso “More of that Jazz”. Pero en medio de esto existe cuando menos un excelente sexteto de canciones. Óiganse si no la preciosa “Jealousy”, la chispeante y festiva “Bicycle Race”, la cuando menos graciosa (y muy comercial) “Don't Stop Me Now”, la furiosa y frenética “Dead on Time”, la cálida e inspirada “In Only Seven Days” y la maravillosamente nostálgica y discreta, muy music hall, “Dreamer's Ball”.
Lejos de ser un álbum conceptual, Jazz cumple como una mera colección de buenas canciones y ese es su mérito principal. Por cierto, en todo el disco no hay un solo jazz.
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