domingo, 26 de febrero de 2017

Mad Men, las siete temporadas


La verdad no sé cuánto tiempo tardé en ver las siete temporadas (no lo hice de manera continua) de esta grandísima serie, pero al fin hoy termininé el último capítulo de la séptima.
  ¿Qué decir de Mad Men que no se haya dicho ya? Las aventuras (por llamarlas de alguna manera) de Don Draper y sus colegas publicistas durante nueve años de los años sesenta es una especie de anti epopeya en la que conocimos todos los tejemanejes, las trampas, las ambiciones, las traiciones, las corruptelas y las pasiones que hay en ese mundo en apariencia tan gris y sin chiste; pero también vimos las debilidades, la fragilidad, el dolor, las penas, las frustraciones, los anhelos, la ternura, el amor de esos personajes tan singulares que en su mayoría terminan por convertirse en seres entrañables a los que se empieza a extrañar en el momento en que concluye esa séptima temporada.
  En cuanto a la producción de este programa creado por Matthew Weiner, sólo cabe decir que es impecable, con un casting fenomenal, guiones de excelencia (con diálogos de antología), historias delirantes y una fotografía en la que cada encuadre es una obra de arte casi pictórica.
  Voy a extrañar a Don, a Peggy, a Peter, a Joan, A Richard, a Betty, a Sally, a Megan y tantos otros personajes que poblaron los más de 90 capítulos de la emisión. Vale la pena verla y reverla.

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