¿Hasta dónde van a llegar este enloquecido sujeto y sus lunáticos asesores y subalternos? No lo sabemos, aunque lo podamos imaginar o cuando menos intuir.
Frente a semejante bruto, cuánta falta hace una de las mentes más lúcidas que dio la música del siglo pasado, un genio creativo que además de su obra como compositor e intérprete, fue capaz de desarrollar una completa visión crítica sobre la sociedad estadounidense en general y sobre sus sectores más retrógrados e ignorantes (esos mismos que representa Trump) en particular.
Hablo de Frank Zappa, quien desde su primer disco, el álbum doble Freak Out de 1966, realizó una sátira implacable acerca del american way of life y puso al descubierto las múltiples estupideces de una sociedad conservadora, racista, fanática y llena de prejuicios atávicos.
Zappa falleció en 1993 y es alguien que hoy nos hace mucha falta, no sólo como músico sino como crítico social. Si actualmente el programa Saturday Night Live se ha convertido en una especie de partido de oposición ante la amenaza que representa el hombre anaranjado, con Alec Baldwin y Melissa McCarthy como espléndidos adalides, el buen Frank sería su complemento perfecto en el uso del humor como arma invencible y aunque él ya no está con nosotros, habrá que recurrir a sus frases y sus ideas para confrontar al amenazante troglodita que despacha en el Salón Oval de la Casa Blanca.
Una buena manera de hacerlo es viendo el documental Eat That Question, Frank Zappa en sus propias palabras que este jueves 23 se estrenará de manera gratuita en Las Islas de Ciudad Universitaria, en el marco del FICUNAM 2017. No se la puede usted perder.
(Publicado el día de hoy en la sección ¡hey! de Milenio Diario)
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