miércoles, 25 de octubre de 2017

El "Bleach" de Nirvana

Cuando Nirvana grabó este disco para Sub Pop en 1989, nadie pudo imaginar el impacto que el grupo de la lluviosa Aberdeen, en el noroccidental estado de Washington, tendría un par de años después.
  Se trata de un trabajo poco consistente, realizado antes de la irrupción de lo que se conocería como el movimiento grunge. Producido por Jack Endino y grabado en tan sólo unos días con un costo ridículo de seiscientos dólares, Bleach presenta algunas canciones interesantes y otras que sólo para los seguidores más aferrados del grupo no pasaron al olvido. Y es lógico que así sea. Nirvana era una banda en formación y ni siquiera se trataba del trío que dos años después irrumpiría para cambiar el curso de la historia del rock. Dave Grohl aún no estaba en la agrupación y otros dos bateristas –Dale Crover y Chad Channing– compartieron los diferentes cortes del álbum. En los créditos aparece el guitarrista Jason Everman; sin embargo, el tipo no tocó una nota en la grabación. ¿Por qué se le incluyó entonces? Porque fue él quien puso los seis billetes de cien dólares que costó hacer el disco.
   Bleach es una obra densa, agresiva, confusa; las letras de Kurt Cobain son oscuras y difíciles de descifrar. Musicalmente, hay una gran influencia de Black Flag por un lado y de Black Sabbath y los Melvins por el otro, lo cual se nota en los pesados riffs de la guitarra y el bajo y en la rítmica post punk de varios temas. Sin embargo, hay aquí un par de canciones que habrían de trascender con los años: la conocida “About a Girl” –escrita por Cobain para Tracy Marander, su novia de aquellos días y con quien acababa de terminar, por lo que la letra es una mezcla de sentimientos encontrados de amor y desamor– y la potente y enigmática “Blew”. También destacan la pre grungera “Negative Creep”, la desesperada “Paper Cuts” y una curiosidad: el cover a “Love Buzz”, composición de Robbie Van Leeuween, integrante del sesentero grupo holandés de pop Shocking Blue. Lo demás no es precisamente un material imperecedero.
  Como diría el crítico norteamericano Stephen Thomas Erlewine: “Bleach es más que una curiosidad histórica, dado que contiene algunas grandes canciones, pero no se trata de un clásico perdido… Es el debut de una banda que muestra potencial pero que no lo ha desarrollado todavía”.

(Reseña publicada en el Especial de La Mosca No. 1, dedicado a Nirvana, en mayo de 2003)

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