El primer disco plenamente conceptual de Ray Davies. Porque este plato es más una obra del genio individual del compositor que un álbum grupal.
Se trata de una grabación finamente sarcástica en la cual, supuestamente, el autor se queja de la manera como se perdieron los valores conservadores de la Gran Bretaña en aras de la modernidad y el pecado; de ahí el título del disco y el tema homónimo, en el que se glorifica a una agrupación civil (la Village Green Preservation Society precisamente) que busca recuperar las rancias tradiciones victorianas.
El disco (1968) es una colección de grandes canciones, con excelente música (casi imposible de reproducir en un concierto del grupo), cuyas letras hacen un retrato exacto de muchos personajes ingleses. Todas son tan buenas y memorables que resulta difícil destacar alguna sobre las demás, pero si hubiera que hacerlo, me inclinaría por “Picture Book” (misma que en años después se hizo mundialmente popular, gracias a los comerciales de una marca de cámaras digitales que la usó como tema musical), “Last of the Steam-Powered Trains”, “Do You Remember Walter?”, “Starstruck”, “Phenomenal Cat” y, por supuesto, la composición que da nombre al álbum. Cabría mencionar también a la extraña “Wicked Annabella”, cantada por Dave Davies y que parecería un tema compuesto por John Entwistle de The Who.
Un gran disco.
(Reseña que escribí para el Especial de La Mosca en la Pared No. 43, dedicado a The Kinks y publicado en octubre de 2007)
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