Por alguna inesplicable razón, me tardé muchos años (19, para ser exactos), para ver esta película de los hermanos Coen, filmada en 1998. Pero nunca es tarde y acabo de disfrutarla en todo lo que cabe.
Como prácticamente toda la obra de los Coen, se trata de una gran cinta, irónica, implacable, divertida, inteligentísima. La historia es absurda y envuelve una cantidad de situaciones absolutamente delirantes, con personajes tan guarros como entrañables y diálogos tan surreales como ingeniosos.
No contaré de qué trata, aunque seguramente muchos de los que lean estas líneas ya la habrán visto más de una vez. Sólo diré que las actuaciones de Jeff Bridges, John Goodman, Julianne Moore, Steve Buscemi, John Turturro, Tara Reid y Philip Seymour Hoffman (vaya grupo de histriones) rayan en lo genial al dar vida a una historia perfecta y enloquecidamente contada por Joel Coen, gracias a un guión más que brillante de él mismo y su hermano Ethan.
Una comedia negra de excelencia que por fortuna al fin me decidí a ver.
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