La carrera como cantor de protesta de John Lennon duró apenas poco más de un año: de junio de 1972, mes en el cual salió Sometime in New York City, a noviembre de 1973, con la aparición de su cuarto opus discográfico, el disperso y a final de cuentas más bien discreto Mind Games.
El álbum tiene más en común con Plastic Ono Band y sobre todo con Imagine, pero su calidad artística resulta bastante menor que la de estos dos. Si nos ponemos estrictos, deberemos reconocer que la única canción a la que realmente podemos ponerle el calificativo de excelente es la que da nombre al disco. “Mind Games” es un tema producido con una clara pared de sonido y con una estructura circular y repetitiva. Esto último no constituye necesariamente un defecto, dado que la línea melodica del estribillo principal es bella y atrayente y Lennon la interpreta de manera plena de sentimiento.
El resto del material varía y va de un simpático rocanrolito a la Nashville (“Tight A$”) a un sentido tema semibluesero (“Aisumasen [I'm Sorry]”), de una simpática balada retro (“One Day [At a Time]”) a la única composición con una letra más o menos politizada y divertida (“Bring on the Lucie [Freda Peeple]”). Esta parte del disco (lo que viene siendo el lado A del vinil original) culmina con el supuesto “Himno Internacional Nutopiano” (“Nutopian International Anthem”), tres segundos de silencio en honor a una nación virtual inventada por John y Yoko.
El resto de Mind Games (es decir, el lado B) transcurre sin muchas alteraciones. “Intuicion” es una buena pieza, con un beat jazzeado francamente delicioso, mientras que “Out of the Blue” es una preciosa y sencilla canción de amor que hubiera cabido sin problemas en el llamado Álbum Blanco de los Beatles. Por su parte, “Only People” suena como uno de esos temas que Lennon hacía para dar gusto a Yoko, con su mensajito bien intencionado y políticamente correcto; pero musicalmente no es en absoluto mala. “I Know (I Know)”, en cambio, inicia el estupendo final del álbum. Se trata de una pieza memorable a pesar de su aparente modestia y su bajo perfil. Una joyita escondida en medio de tantos juegos mentales. Por último, “You Are Here” es otra bonita canción de amor con una guitarra slide que de repente remite a Nashville y de repente a Honolulu. El plato cierra con un gran corte, el poderoso “Meat City”, un rock duro, estridente y que poco parece tener que ver con el mood general de la obra.
Para algunos, Mind Games es una obra subvalorada; a mi modo de ver, se trata tan sólo de un buen disco a secas (de su feicita y malhechona portada, mejor ni hablar).
(Reseña que escribí para el Especial No. 26 de La Mosca en la Pared dedicado a John Lennon, a 25 años de su muerte, y publicado en diciembre de 2005)
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