Pink Floyd grabó el tema "The Great Gig in the Sky" luego de que Roger Waters y Dave Gilmour escucharan desde cierta distancia a Richard Wright, mientras éste realizaba una improvisación espontánea de acordes en el piano, durante un descanso de la grabación del álbum The Dark Side of the Moon en los estudios Abbey Road de Londres. Decidieron que Wright desarrollara lo que estaba tocando y que quedara como una pieza instrumental. Luego pensaron en lo bien que quedaría meter una voz femenina que cantara sin palabras y lo comentaron con el ingeniero de sonido, Alan Parsons, quien les comentó que conocía a la persona ideal: la cantante británica Clare Torry. La llamaron y le pidieron que improvisara sobre el piano de Wright. Al principio, ella metía expresiones como "oh, baby", pero la conminaron a que no lo hiciera. Al comprender de qué se trataba, la joven vocalista pensó: "claro, quieren que mi voz sea un instrumento más". El resultado todos lo conocemos: una de las piezas cumbre no sólo de ese gran disco de 1973, sino de toda la obra de Pink Floyd.
El único problema fue que cuando el disco apareció, la co-autoría de Torry no estaba en los créditos del mismo. Ella estaba tan sorprendida de que su participación hubiese sido incluida que se dio por bien servida. No obstante, muchos años después, en 2004, y en vista de las millonarias ventas que había tenido el álbum durante más de tres décadas, decidió demandar a la disquera y al grupo. Ganó el juicio y aparte de recibir una jugosa cantidad, a partir de ahí se hizo acreedora a las regalías que vinieran. Por supuesto, desde 2004, las nuevas reediciones de El lado oscuro de la luna, cuentan con el merecidísimo crédito de Clare Torry en "The Great Gig in the Sky".
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