Yo no sé por qué mucha gente se desgarra las vestiduras ante las más recientes declaraciones del ex presidente Vicente Fox Quezada. Me refiero a las que hizo en el programa Tragaluz que tan bien conduce nuestro incisivo compañero Fernando del Collado, en MILENIO Tv. Hay demasiados indignados que se toman las cosas tan en serio que caen en el más absurdo de los ridículos. Es el caso del cabildo de la ciudad de Oaxaca que declaró como persona non grata al buen Chente, nada más porque éste se aventó la puntada de decir que ha sido el mejor presidente de México, “incluido Benito Juárez”. O sea, ¿quién que no sea acartonado y solemne puede molestarse con eso? Es como cuando hace mil años el Loco Valdés dijo aquello de Bomberito Juárez que le costó salir por un buen rato de la tele. Por fortuna, ya no estamos en aquellos tiempos de adoración fanática y religiosa a los “héroes que nos dieron Patria” y a sus estatuas broncíneas.
Tenemos que entender que Vicente Fox es una figura necesarísima en el ámbito de la política mexicana. Ahora que hasta el antes jocoso Gerardo Fernández Noroña se ha vuelto tan seriecito y que de Pancho Cachondo ya nada se sabe, sólo nos queda el esposo de Martita Sahagún como un valioso patrimonio de la nación, como un bien al que debemos cuidar, a fin de que nos siga divirtiendo y entreteniendo con sus geniales ocurrencias. Digo, tampoco tenemos ya a guionistas como Mauricio Kleiff y la gran mayoría de los cómicos actuales son más bien lamentables. Por ende, Vicente Fox es nuestro único histrión verdaderamente acucioso y efectivo, dueño de un timing perfecto. Dejémoslo que hable de la mota o de Benito Juárez. El hombre es un personajazo y todo lo que dice sirve para airear las enmohecidas habitaciones en las que se desarrolla la polaca nacional. ¿O prefieren ver todos los días a cuates como Gustavo Madero y Jesús Zambrano, tan hieráticos y tan graves en sus declaraciones y hasta en su lenguaje corporal?
Dicen que nadie sabe lo que tiene hasta que lo pierde. No perdamos a Chente Fox.
(Publicado hoy en mi columna "Cámara húngara" de Milenio Diario).
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