jueves, 31 de diciembre de 2015

2015, un balance personal

Pues no me puedo quejar. En lo personal y en mi círculo cercano fue un buen año. Para mí, fue el año de Matar por Ángela, ya que la editorial Lectorum (que es decir Porfirio Romo) me la publicó en mayo pasado y al parecer le está yendo bien. Tuvimos tres presentaciones, dos en el DF y otra en la FIL de Guadalajara, y las tres resultaron estupendas y muy divertidas. Gracias debo dar a Ciro Gómez Leyva, Héctor de Mauléon, Adrián Ramírez Serret, Eduardo Limón y, sobre todo, Julio Patán (quien participó en las tres presentaciones; bueno, Lalo estuvo en dos y ambos me invitaron a sus programas de tele Final de Partida, en Foro TV, y Triángulo de letras, en Canal 22, además del programa de radio que Limón tiene en el sitio Puentes).
  Hace unos días entregué a Lectorum mi segunda novela, La suerte de los feos, que espero sea aceptada y publicada, y estoy a la mitad de la tercera, la cual lleva como título provisional Emiliano y que narra la vida de mi abuelo, quien como ya he contado en varias ocasiones, fue diputado constituyente por el estado de Sinaloa en el Congreso de Querétaro de 1917, el que nos dio nuestra actual Constitución Política. También empecé una cuarta novelita que tiene que ver con la ciudad de París, pero que por el momento se encuentra en stand by.
  Mi trabajo se mantuvo constante y productivo y calculo haber publicado unos 120 o 130 artículos en Milenio, Nexos, Marvin, Laberinto y algún otro medio. Este blog sigue siendo escrito a diario y he tenido un promedio de once mil lectores mensuales. En la música, estuve activo como compositor y escribí un total de doce nuevas canciones. Hay planes para grabar algunas a principios de 2016 y a ver qué pasa.
  En lo familiar, fue un muy buen año. Jan regresó de su periplo de dos años y medio por el Lejano Oriente, al lado de su amada Liza y todo está muy bien entre ellos. Alain sigue creciendo como DJ y como promotor musical y su relación con mi preciosa nuera Hallet es cada vez más sólida. Mi mamá ya se acerca a los 94 años de edad (cumplió 93 en enero) y permanece muy sana, salvo por la sordera que es muy aguda y la memoria que suele traicionarla. Con Myrna e Ivette, mis hermanas, todo está bien, lo mismo que con sus hijos. Los únicos dos hechos malos sucedidos a nivel familiar fueron el fallecimiento de mi primo Marco Antonio y el problema de salud que tuvo mi prima Marcela, aunque parece que logró superarlo.
  Conservo intacta mi amistad con Adolfo, aun cuando nos vimos poco este año. Respecto a mis amigas, mantuve la cercana amistad de las más entrañables, dos o tres se alejaron (sin ser entrañables) y conocí a una decena de nuevas amies, algunas de las cuales han resultado espléndidas personas. Espero pronto conocer a varias más que prometieron verme el próximo año.
  Debo anotar que sufrí un par de decepciones. Una, no tan importante, por parte de un editor que presume de ser muy ético y puro, pero que resultó todo lo contrario y se comportó conmigo como un patanazo de la peor ralea (primero, llenándome de promesas y zalamerías y luego dándome la espalda y comportándose de manera grosera y miserable, sin dar una explicación coherente a su conducta). La segunda, mucho más dolorosa, por parte de quien yo consideraba uno de mis mejores y más queridos amigos, casi un hermano, y quien mostró una cara inesperada, al cortar por lo (in)sano debido a sus diferencias ideológicas conmigo. De veras que ha sido algo muy triste y decepcionante, pues siempre mantuve otra imagen de él. En ambos casos, me reservo los nombres, no vale la pena mencionarlos.
  Pues bien, espero un todavía mejor 2016. Hay planes y perspectivas para nuevas cosas y me siento tranquilo respecto a lo que tengo. Sobre todo espero que la salud, el trabajo y el amor se mantengan tan altos como en 2015 (dije el amor, no el enamoramiento, que conste).
  Un gran abrazo para todos los que me hacen el honor de asomarse a este blog.

1 comentario:

Anónimo dijo...

¿Y el regreso de "La Mosca"?