The Expanding Flower Planet (Anticon, 2015) es un disco de una enorme belleza musical y poética. Un plato exquisito de canciones etéreas y minimalistas, con aires exóticos e hipnóticos en los que Angel Deradoorian (a cargo de todos los instrumentos, incluida su magnífica y peculiar voz) y su hermana mayor Arlene (quien se encarga de las segundas voces y de algunas percusiones) se solazan con un placer artístico que consiguen trasmitir al escucha de una manera fascinante.
Aunque la influencia de David Longstreth, líder de los Dirty Projectors, es innegable en las composiciones de Angel Deradoorian, ésta posee asimismo sus propias variantes que hacen de su música algo menos intrincado que las complicadas (aunque extraordinarias) maneras armónicas y rítmicas de aquel. Deradoorian apuesta por una música más accesible y minimal, con ecos de la world music, sobre todo africana y asiática. Las percusiones juegan un papel muy importante en las piezas que conforman The Expandig Flower Planet y lo mismo hacen los extraordinarios juegos de voces de las dos talentosas hermanas.
Si bien no es un disco que mantenga un mismo nivel de calidad en todos los cortes, hay algunos verdaderamente fantásticos como “Beautiful Woman”, “Violet Minded”, “Komodo”, “The Eye” y la homónima “Expanding Flower Power”.
¿El mejor disco del año? Es difícil afirmarlo, pero me arriesgo a que algunos lectores me crucifiquen y digo que sí. Al menos para la subjetividad de este columnista. Una obra fresca, arriesgada, innovadora, inteligente, hermosa y con un inquietante halo de misterio. Los invito a escucharla y dar su propio veredicto.
(Publicado hoy en mi columna "Gajes del orificio" de la sección ¡hey! de Milenio Diario)
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