Cuando hablamos de la música popular en general y del rock en particular, el término fan puede traducirse de dos maneras: como seguidor o como fanático. La primera acepción debería ser la más aceptable, pues un seguidor es alguien que sigue la carrera y la producción artística de un grupo o un solista pero lo hace de manera tranquila, gozosa, lúdica. En cambio, un fanático –la palabra lo dice– es víctima del fanatismo y por ello suele cegarse y hacer que su pasión se convierta en visceralidad y posiciones extremas. Al igual que en las religiones, la política o el deporte, los fanáticos pueden convertirse en bestias ciegas e idólatras que llegan a trocar el amor por sus favoritos en odio contra todo aquel que se atreva a tocarlos con el pétalo de un cuestionamiento. Fanáticos son los terroristas, los fundamentalistas, los hooligans, los porros de las llamadas barras futboleras. Parece increíble que en un campo tan noble y sensible como el de la música puedan darse reacciones fanatizadas, pero sabemos que las hay en gran cantidad y que incluso existen fans que han llegado a asesinar hasta a su propio ídolo, como sucedió en los casos de John Lennon y de la cantante de tex mex Selena.
La anterior reflexión tiene que ver –¿toda proporción guardada?– con las cartas que han llegado a nuestra redacción de parte de algunos fanáticos de Oasis, quienes no toleran que en una simple nota editorial alguien se atreva a afirmar algo tan aparentemente baladí como que ese grupo está sobrevalorado y que no es la mejor banda del mundo. Insultos, improperios y hasta una que otra amenaza por una cosa así de intrascendente. Uno quisiera que los seguidores de ciertos grupos no se transformaran en fanáticos y aceptaran que no todo el mundo tiene por qué compartir sus gustos. Pero así es esto y ni hablar. A veces la inteligencia queda obnubilada por un mal entendido apasionamiento.
Habrá que reiterar por cierto, como ya se hizo alguna vez, que los Especiales de La Mosca lo único que buscan es difundir los elementos básicos para conocer la vida y obra de una agrupación o de un solista y que están dirigidos al público en general y no solamente a los denominados fans. Es una revista de difusión, no de propaganda o endiosamiento, por más grande que pueda ser el artista de quien se trate.
(Editorial "Ojo de Mosca", publicado en el No. 103 de La Mosca en la Pared, abril de 2006)
No hay comentarios.:
Publicar un comentario