El segundo debate entre los candidatos a la presidencia de la república trajo muy escasas propuestas y un sinfín de chismes baratos. El síndrome del Bronco dominó el encuentro de Tijuana y fue el gobernador con licencia de Nuevo León quien realmente lo condujo, logrando incluso que Andrés Manuel López Obrador lo obedeciera y se diera un abrazo (aunque las cámaras nos impidieron verlo) con José Antonio Meade.
En medio de ese ambiente carpero, el candidato de Morena no quiso quedarse atrás del independiente y emulando a Gaspar Henaine, Capulina, realizó el sketch mímico de cuidarse la cartera al ver que Ricardo Anaya se le acercaba, acto que culminó con la que se convirtió ya en su más célebre frase de toda la campaña: “Ricky... Riquín... Canayín” (sólo faltaron las risas grabadas).
Sin embargo, lo que ha ido tomando fuerza en estos últimos días es la denuncia que hizo Meade sobre la candidata a senadora de Morena, Nestora Salgado, a quien durante el debate señaló como una secuestradora que está sujeta a proceso y dijo terminante a AMLO: “Ahí queda en tu conciencia”. El tabasqueño se pasmó y nada atinó a responder, pero Nestora sí y anunció que demandaría al priista-que-no-es-priista por difamación si no se disculpa y retira lo dicho, a lo que Pepe Toño le respondió que de qué va a querer su nieve.
Las huestes morenas al unísono se han lanzado a la defensa de la ex policía comunitaria, alegando que ya ha sido exonerada de los cargos que se le imputan, mientras que otras voces aseguran que el proceso en su contra continúa y debe renunciar a su candidatura.
No tengo elementos para decir si la señora es culpable o inocente. Lo que no entiendo es la razón por la cual López Obrador la apoyó, al igual que hizo con Napoleón Gómez Urrutia, a sabiendas de los problemas legales que ambos arrastran. Tal parece que quiso otorgarles las senadurías para que consiguieran el fuero y no pudieran ser procesados. Desconozco a cambio de qué.
No sé si en eso estriba también la lucha contra la corrupción que tanto proclama el dueño de Morena.
(Mi columna "Cámara húngara" de hoy en Milenio Diario)
No hay comentarios.:
Publicar un comentario