domingo, 27 de mayo de 2018

Vigencia de los Soprano


Mientras no cambié nuestra realidad, cosa altamente improbable, una serie como Los Soprano jamás dejará de estar vigente.
  A poco más de diecinueve años de su estreno (el primer capítulo se transmitió en los Estados Unidos el 10 de enero de 1999) y a once de su última temporada (el capítulo postrero de la sexta pasó el 10 de junio de 2007), la extraordinaria creación del productor y guionista David Chase ha sido considerada por muchos especialistas como la mejor serie televisiva de todos los tiempos y no faltan razones para darles toda la razón.
  Transmitida desde un inicio por HBO, The Sopranos, según su título en inglés, es básicamente una emisión sobre gangsters, pero es también muchísimo más que eso. Empezó siendo una idea para cine, pero pronto Chase decidió que era mejor convertirla en una serie y con ello dio en el clavo. Basado en aspectos de su propia vida, el productor dio forma al personaje principal: el estrambótico, contradictorio, delirante y a la vez común y corriente jefe mafioso Tony Soprano, centro neurálgico de todo lo que ocurre en la pequeña pero significativa área de Nueva Jersey que domina su peculiar clan.
  Cerca de una treintena de actores de la serie habían participado en la mítica película Goodfellas (1990) de Martin Scorsese y ello contribuyó a dar una mayor credibilidad a esa pléyade de mafiosos y familiares italoamericanos que conforman el cuadro de personajes que rodea a Tony, interpretado por un actor muy poco conocido en aquellos tiempos: el absolutamente genial James Gandolfini.
  Los Soprano tiene como punto central el hecho de que Tony padece ataques de pánico y se ve obligado a acudir en secreto con una psicóloga, la doctora Jennifer Melfi (una fantástica y guapísima Lorraine Bracco). Los duelos psicológicos en el consultorio de la doctora son clave para el desarrollo de la trama, como lo es la vida casera de Tony y su singular familia, en especial su esposa Carmela, actuada por la sensacional Edie Falco. Ello para no hablar de la terrible y deliciosamente insoportable madre del capo, Livia Soprano, a quien dio vida una increíble Nancy Marchand en las primeras dos temporadas (la actriz falleció poco antes de que se iniciara la grabación de la tercera).
  Si bien la serie es muy violenta, su negrísimo humor contribuye a que el espectador no sólo soporte la dureza de la historia, sino que se solidarice con tipos impresentables pero simpáticos; crueles y despiadados, pero sensibles, vulnerables y, sobre todo, muy humanos. Por eso nos caen tan bien Paulie Gualtieri, Silvio Dante, Chris Moltisanti o Big Pussy Bonpensiero. Son unos hijos de perra, pero se los perdonamos.
  ¿Por qué continúa vigente Los Soprano y por qué podemos verla y volver a verla (ya sea en DVD o por medio de la aplicación de HBO) sin cansarnos? Porque sigue siendo un retrato fiel de la terrible realidad actual, no sólo en los Estados Unidos sino en México mismo, tan azotado por la violencia y el crimen, por la delincuencia y la corrupción. El programa divierte, entretiene, pero obliga a reflexionar.
  No sé si usted le daría la amnistía a Tony Soprano y los suyos, pero si puede darles las horas necesarias para disfrutar de los 86 capítulos que constituyen la serie (y gozar de paso con el tema musical de los créditos iniciales, la perfecta “Woke Up This Morning” del grupo Alabama 3), no dude en dárselos. Yo sé lo que le digo.

(Publicado el día de hoy la sección "Triste domingo" del sitio de la revista Siempre!)

No hay comentarios.: