La primera vez que oí sobre
La Mosca fue en casa de Karem Martínez. Yo era la novia de su hermano, grababamos unos
cassettes con discos que le habían prestado a ella y nos pusimos a platicar. Karem estaba estudiando periodismo, yo todavía no sabíia que después también le iba a entrar a lo mismo y me parecía de lo mas locuaz que alguien estuviera interesado en eso... Pues en esa plática me preguntó que si conocía a
La Mosca o a
La Pusmoderna y yo sólo las había visto en la escuela. Nunca compro revistas o el periódico; en general, por gusto, sólo leo novelas policiacas. Pero en ese tiempo no me parecía respetable ser así (hoy todavia me parece poco respetable pero soy mas cínica), entonces le dije que sí, a huevo, y saliendo de ahí apunte los nombres. Al otro día se las encargué a un compañero de la escuelita. Con lo que compré mis primeras dos revistas de rock:
La Banda Rockera y
La Mosca, que fueron las que él me consiguió. Karem nunca volvió a mencionar el asunto y no tuve oportunidad de presumir. Luego de unos años me encuentro contándoles esto como colaboradora de
La Mosca. ¿Quién lo iba a decir? Un día hasta salí en una portada (con cara de diazepan) y es un orgullo, porque los grupos mexicanos que consiguen esa portada son raros (saaaaaacto) y por cierto: qué bonita entrevista. Mis deseos para los fundadores en este diex aniversario son: 1, que a Hugo lo reconquiste Ocesa con unos boletos para los Red Hot en primera fila (y que me invite) y 2, que Karem y el
Piraña se mochen con un descuento en un tatoo.
Jessy Bulbo
*Publicado originalmente en La Mosca No. 82, febrero de 2004, número del décimo aniversario moscoso.
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