lunes, 22 de octubre de 2012

Los 25 mejores discos de rock no inundados con lugares comunes

Por Viridiana Villegas Hernández

Cerca del precipicio es donde se encuentra el tomo 43 de la colección de los Cuadernos 
de EL FINANCIERO, en el que el crítico Hugo García Michel presenta una recopilación 
de reseñas que, en orden cronológico, pretende ser una breve muestra de obras destacables realizadas a lo largo de la historia del rock; un recorrido que va de Los Locos del Ritmo a Jack White.

Es recurrente [de manera errada y poco acertada en la mayoría de las ocasiones] que las revistas especializadas y demás publicaciones consideradas de corte roquero insistan en realizar a fin de año listas de los mejores discos; sin embargo, en esta ocasión nos ocupamos de un trabajo editorial peculiar: se trata de una reunión de reseñas a la que los convencionalismos no fueron invitados y por ello, en los 25 capítulos que la componen, no encontraremos esos legendarios álbumes que ya hemos disfrutado una y otra vez, sino joyas discográficas que cualquier melómano conocedor debe jactarse de poseer en su colección particular. Aquí hallaron cabida, por ejemplo, el Face to Face de The Kinks; Super Session de Michael Bloomfield, Al Kooper y Stephen Stills; Twelve Dreams of Dr. Sardonicus del quinteto Spirit; Daydream Nation de Sonic Youth e incluso el Circuital de My Morning Jacket, sólo por mencionar algunos.
  Durante una charla con un nada amargado Hugo García Michel, concluimos que si bien no integró a este volumen bibliográfico álbumes de maestros como Leonard Cohen, Bob Dylan, ni siquiera un disco de los Beatles, fue porque los sonidos e influencias de estos grandes músicos se encuentran impregnados, de alguna u otra manera, en cada uno de las producciones que en su momento como crítico se ocupó de reseñar.

-La selección de textos para este libro fue arbitraria -nos dice el autor de Cerca del precipicio / El Señor Fantasía y otros 24 déja vu-. Si bien es cierto que son reseñas llevadas a cabo a lo largo del tiempo y que he publicado en diferentes medios, considero que es una recopilación de aquellos discos que [sin tanto bombo y platillo] también son clásicos y, por ello, el criterio más importante que utilicé fue no tomar en cuenta los lugares comunes, como hubiera sido escribir acerca del Sargento Pimienta [de los Beatles] o el Dark Side of the Moon [de Pink Floyd] que siempre salen a flote en todas las recopilaciones de los mejores discos de la historia. En realidad preferí concentrarme en álbumes que para mí sí son buenísimos, aunque no los tomen en cuenta por doquier.
  -Entonces, si no son los 25 mejores discos del devenir roquero anglosajón [donde también incluyó algunas muestras de buenos trabajos en español], sí lo son a nivel personal...
  -No, para nada. ¡Si me preguntaran por mis mejores discos rebasaría la centena! Por otra parte, mi intención también era cubrir, de forma cronológica (aunque no tan concienzuda), al menos 50 años de la historia del rock, partiendo del álbum Rock! con Los Locos del Ritmo, de 1959, hasta llegar a 2012 con Blunderbuss, la interesante entrega solista de Jack White.
  -Justo es como si los Beatles, Dylan, Cohen o Bowie permanecieran en el background de estos textos; es decir, al realizar sus reseñas le sirven como fuertes puntos de referencia que enriquecen su escritura crítica.
  -¡Exacto! Para mí ellos son grandes genios poseedores de discos maravillosos y estupendos. No obstante que respeto a los clásicos, quise dar a conocer otros trabajos valiosos que por ser muy viejos mucha gente desconoce, como es la labor de Spirit o el álbum Super Session. En este tomo recuperé a Traffic, una banda tan importante en el rock y de la cual las nuevas generaciones no tienen idea de su existencia.

  -En varios de estos textos es recurrente encontrar información acerca de qué hacían los Beatles mientras otra agrupación editaba un nuevo material discográfico. Pareciera que el trabajo de este cuarteto inglés fuera un constante bálsamo para la fluidez de su escritura.
  -¡Qué observadora! Yo no me había dado cuenta de eso y es verdad: para mí los Beatles están apartados de todo lo demás porque casi cada una de sus composiciones se ha convertido en un tema clásico. Sin duda, en mi trabajo esta banda siempre ha sido una clara referencia por sus virtudes al manejar perfecto la melodía, la armonía, los arreglos, las letras... Revolucionaron todo.
  -¿Hoy día cómo es apreciada la reseña de rock?
  -En muchas ocasiones las revistas caen en la misma superficialidad que abunda en el rock nacional; por ejemplo, cuando los periodistas son amigos de los músicos mexicanos, quedan bien con su nota para conseguir boletos gratis para los conciertos y, en esos casos, no existe un análisis musical serio, sólo adulaciones. Asimismo, se concretan a dar más información que opiniones críticas por medio de las cuales se argumente por qué sí o por qué no es buena una obra. Es verdad que éste es un oficio muy subjetivo e instintivo a partir de conocimientos previos; sin embargo, uno sabe que un disco trascenderá cuando logra transmitir algo indescriptible al escucha.
  Le replicamos a García Michel que hay discos proféticos -como apuntara en la reseña sobre el trabajo que Velvet Underground realizara en 1967, a partir de una propuesta del artista pop Andy Warhol-, en los que es posible encontrar antecedentes de sonidos que tomarían una estética propia de manera posterior. Al contestar, nos demostró por qué es precisa la ilustración constante para escribir sobre música [y es que, como bien advirtiera el maestro Jorge Ayala Blanco: la crítica es creación]: "A mucha gente le gusta escuchar a Interpol, pero no sabe que antes vino Joy Division e hizo lo suyo y que, tiempo más atrás, irrumpió en la escena Velvet Underground que revolucionaría con su música oscura, minimalista, con letras profundas, ácidas y críticas".

Ausencia de feeling y soul
La parte axiomática de la crítica, afirma Hugo García Michel -autor de Cerca del precipicio / El Señor Fantasía y otros 24 déja vu, tomo 43 de la colección Los Cuadernos de EL FINANCIERO-, "es no aceptar las cosas como otros nos las entregan y, a su vez, implica ejercer la autocrítica. Nikito Nipongo sostenía que la crítica debía ser destructiva, pues no existe en su modalidad positiva, y estoy de acuerdo con él: mi obligación es desestructurar y analizar lo que escucho, lo cual no me convierte en un amargado (como me han hecho fama), sino en una persona feliz a la que le divierte su ejercicio periodístico".
  Si bien es cierto que García Michel es un severo crítico del rock en español, acepta que existen excepciones que han resultado gloriosas dentro del rock, como los álbumes Rock! Con Los Locos del Ritmo, No me hallo de El Personal, La canción de Juan Perro de Radio Futura y Odio Fonky de Jaime López y José Manuel Aguilera, los cuales tuvo a bien incluir en esta reunión de reseñas musicales.
  -Siempre me ha parecido que el rock mexicano nunca ha sido tan bueno ni prolífico debido a su deficiente cultura musical. Los músicos en México, desgraciadamente, son como los futbolistas, que se mantienen en un grado de ignorancia impresionante; por ejemplo: los grupos nacionales más recientes no poseen la fundamental referencia de que el rock nació a las orillas del Río Mississippi y no en el Río de La Plata con Soda Stereo. Se han conformado (con sus honrosas excepciones) con ser poseedores de un pequeño bagaje y no profundizan en la cultura, en más de 50 años de la historia del rock. Si bien dentro del jazz contamos con grandes virtuosos, en el rock mexicano son contados los músicos interesados en trascender por su creatividad y no gracias a la fama.
  -Los medios de comunicación han contribuido a que las aspiraciones musicales estén sólo ligadas a la fama, incluso a partir de la reseña de producciones discográficas intrascendentes...
  -Sí y esto ocurre con alarmante frecuencia en México. A través de la historia, las revistas en nuestro país han tenido siempre la función implícita de cobijar o apoyar al rock mexicano, cuando su misión debiera ser la crítica responsable, no el convertirse en agencias de relaciones públicas. Esto daña, más que al periodismo, al creador, al hacerle pensar que va por un buen camino, cuando en realidad carece de toda calidad en su trabajo. Yo no veo en las bandas nacionales el feeling; al contrario: cantan con frialdad pura, sin alma, sin soul, sin ese espíritu con el que, según yo, debe contar todo buen músico.

  Cerca del precipicio / El Señor Fantasía y otros 24 déja vu, de Hugo García Michel, puede ser adquirido llamando al teléfono 5227-7651 en la Ciudad de México y 01800-0156200 y 01800-2015788 en el interior de la República por un costo de 50 pesos.

(Entrevista publicada en la sección cultural del diario El Financiero, el pasado 24 de septiembre de 2012)

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