jueves, 4 de febrero de 2016

De noche en Milenio TV

A mediodía me fui a la colonia San Rafael, para comer con mi mejor amiga, y regresé a mi casa como a las seis. Llevo algunos días con una molestia en la espalda y pensaba reposar un buen rato en cuanto llegara, pero aún de camino y poco antes de tomar el metrobús, sonó mi celular. Era Roberto López, director de Milenio Televisión y estupendo amigo para invitarme a ir al canal, al noticiario de las once de la noche, para dar mi opinión acerca de la portada de la revista Rolling Stone, versión mexicana, que como estrella del mes luce la efigie del Chapo Guzmán.
  Quise disculparme por mis dolores de espalda, pero Roberto me dijo que enviaría un taxi para que me recogiera y luego me llevara a mi casa. No me pude negar. Estuve un rato chez moi y a las diez de la noche llegó el taxi por mí. Llegamos a las instalaciones de Milenio media hora después y el taxista me dijo que me esperaría ahí para llevarme de regreso. Justo al entrar, me topé con Héctor Aguilar Camín, quien iba de salida. "¿Qué haces aquí a estas horas?", me preguntó un tanto sorprendido al verme. Le conté rápidamente la razón y nos despedimos con un abrazo, no sin antes preguntarle qué le ha parecido hasta ahora el nuevo sitio de música de Nexos que le estoy coordinando. Me dijo que le gusta y que tengo muy feliz "a todo el staff de la revista".
  Subí a los estudios, en el quinto piso, entré a maquillaje y ahí saludé a Roberto López y a Susana Moscatel. Todo estupendo. Luego me presentaron a Joaquín Fuentes, conductor del noticiario de las once, quien me cayó muy bien. Platiqué un poco con él y con una asistente suya (cuyo nombre no retuve) y me mostraron la famosa y nada atractiva portada de la Rolin. Regresé a maquillaje para que me dejaran listo para las cámaras y a las once entré al estudio (acaban de estrenar escenografía y se ve muy blanco y luminoso). La entrevista fue de 11:06 a 11:14 y salió a mi parecer trés bien. Salí del estudio, bajé a la calle y el taxista me trajo expedito a casa. Llegué antes de las doce. Estuvo todo perfecto.
  Hasta la molestia de la espalda se me olvidó.

No hay comentarios.: