¿La educación universitaria debe ser para todos o tiene que ser para una élite con las suficientes aptitudes académicas e intelectuales? Viejo debate que la realidad se ha encargado de responder con su implacable veredicto. Para ingresar a las mejores universidades del orbe, se requiere de altísimas calificaciones. Esto es así hoy día, sobre todo en el primer mundo y lo fue también cuando existía el llamado bloque socialista. Sólo los más aptos podían estudiar en las universidades de la URSS, China, Alemania Oriental o Cuba. En ningún caso eran instituciones para las masas.
Pero he aquí que debido a un populismo tan idiota como rampante, en otras latitudes se piensa que todos tienen derecho a convertirse en universitarios, cuenten o no con la capacidad para ello, mientras que se desprecia a las escuelas técnicas, porque “sólo producen mano de obra barata para el capitalismo salvaje”, etcétera.
Es en ese contexto que nació la muy cuestionada y dudosa Universidad Autónoma de la Ciudad de México, creada por Andrés Manuel López Obrador, quien ahora se ha aventado la puntada de instituir, por medio de Morena, ocho “escuelas universitarias” (ojo: no se llaman universidades) que no cuentan con el Reconocimiento de Validez Oficial de Estudios de la SEP, por lo que no están en capacidad de otorgar títulos profesionales.
El proyecto es muy parecido al que Hugo Chávez instituyó en Venezuela, con sus “misiones”, tal como explica Adrián de Garay, investigador de la UAM, en un estupendo artículo (“El chavismo de Morena en la educación superior”) publicado este mes en la revista Nexos, escuelas patito que por cierto no han conseguido crear mejores profesionales sino abundar en la demagógica y absurda idea de que todos podemos tener licenciaturas, maestrías y doctorados, un título pues, aunque sea un título con tanto valor práctico como el de un billete de dos pesos.
“Por mi raza hablará un patito”, podría ser el lema de las flamantes escuelas universitarias de AMLO, quien ya amenaza conque, de llegar al poder en 2018, las adoptará como modelo educativo generalizado para el país. Oh my duck!
(Publicado hoy en mi columna "Cámara húngara" de Milenio Diario)
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