Alonso fue mi mayor (¿el único?) contacto que tuve realmente con la Secretaría de Cultura coahuilense, pero entiendo que los encargados andaban llenos de actividades. Muy buen tipo el hombre, siempre diligente y amable. Lamento no haber visto a Sylvia (quien al parecer se fue a la FIL de Guadalajara) y a Prometeo (quien ni sus luces). Ni hablar.
El vuelo de regreso estuvo muy tranquilo y resultó más corto que el de ida. Llegamos a las tres y pico de la tarde, tomé un taxi en la terminal 2 (carísimo de Paris, como decía Denisse) y llegué a casa después de las cuatro, porque debido al mitin de López Obrador que hubo hoy en el Zócalo, todo el DF era un desmadre.
Tarde tranquila en casa. Alcancé a ver los partidos el fut y descansé. Hablé con Rosa y todo bien por allá.
En cuanto a hoy lunes, nada que señalar de extraordinario. Aún me sentí un poco fuera de forma, aunque empecé a trabajar en diversas cosas.
Ahora, a retomar el ritmo habitual.
2 comentarios:
Retomar el ritmo, muy buena crónica y totalmente a ras de piel!
Muchas gracias, querido Eko, Un gran abrazo.
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